El Mundial de Patinaje: Más que competencias, retos de administración deportiva

El Mundial de Patinaje: Más que competencias, retos de administración deportiva

El Mundial de Patinaje no solo reúne a los mejores atletas del mundo sobre ruedas, también es un escenario donde se ponen a prueba las capacidades de organización, gestión y visión estratégica de quienes están detrás del deporte. Más allá de las medallas, estos eventos internacionales nos dejan aprendizajes profundos sobre cómo la administración deportiva puede potenciar el talento, generar impacto social y proyectar a una nación en el mapa global del deporte.

Este mes se ha llevado a cabo el Mundial de Patinaje de Velocidad (y otras modalidades), un evento que no solo ha mostrado el talento de las patinadoras y los patinadores, sino que puso en evidencia la importancia de una gestión deportiva profesional y bien planificada. Este tipo de certámenes ofrece lecciones valiosas para administradores del deporte: desde infraestructura y logística, hasta políticas de apoyo, formación de talentos y sostenibilidad. A continuación exploramos los puntos clave que marcan la diferencia en la administración/gestion  deportiva, inspirados en lo que se vio en este Mundial.

Organización federativa y normativas como columna vertebral:

La Federación Colombiana de Patinaje (Fedepatin) ha emitido múltiples resoluciones en 2024-2025 para convocatorias nacionales, interclubes e interligas, campamentos selectivos y la conformación de selecciones para eventos internacionales. Estas convocatorias y reglamentos son esenciales: establecen quiénes participan, cuándo, bajo qué normas, con qué categorías, qué parámetros técnicos se esperan, y cómo se escogen los atletas. Esa claridad normativa ayuda a garantizar transparencia, equidad y preparación estructurada.

Preparación y logística de Selección Colombia:

Para este Mundial de Patinaje de Velocidad, Colombia desplazó un equipo de 32 atletas a Beidaihe, China. Esa logística incluye varias dimensiones: entrenamiento especializado de alto rendimiento, aclimatación al país sede, transporte, hospedaje, financiación de viajes, control de salud, y apoyo técnico (entrenadores, fisioterapeutas, nutricionistas y demás staff).

Formación de talento desde bases locales:

Programas Interligas e Interclubes, campamentos nacionales, permiten identificar talentos en distintas regiones del país. Regiones históricamente fuertes como Valle del Cauca con “Valle Oro Puro” han sido claves para aportar atletas que luego brillan en escenarios mundiales.

Financiamiento y sostenibilidad:

Es evidente que convencer a patrocinadores, instituciones públicas locales (gobernaciones, alcaldías) y ministerio del deporte de la importancia de invertir en patinaje es un reto. Las resoluciones federativas ayudan, pero se requieren recursos constantes, no solo para eventos sino para mantenimiento de infraestructura, becas para atletas, desarrollo técnico. Casos como el desplazamiento internacional requieren presupuestos grandes: viajes, dietas, seguros, logística. Para clubes pequeños o regiones con menos apoyo, esto puede generar brechas.

Impacto social, visibilidad y legado:

Cuando la selección nacional compite en mundiales, o cuando Colombia es sede de eventos nacionales, genera visibilidad y orgullo nacional. Eso motiva a jóvenes patinadores, impulsa la inscripción en clubes, inspira nuevas regiones a invertir en patinaje. El reto de la administración deportiva es asegurar que ese legado (escuelas, pistas, entrenadores capacitados) permanezca y no se diluya una vez que pasa el evento mediático.

El Mundial de Patinaje muestra que los resultados deportivos no dependen solo del talento en la pista, sino también de una gestión sólida fuera de ella. El desafío para la administración deportiva está en transformar cada victoria en procesos sostenibles que fortalezcan la base, cuiden a los atletas y mantengan vivo el legado para futuras generaciones.
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